El momento perfecto no existe; y para meterse en obras, aún menos.
Si te pones a pensar en demoler, desescombrar, hormigones, soleras y tiempos de secado, lo normal es que se te quiten las ganas de cualquier obra.
Puedes evitarte todos estos problemas con la instalación de pavimentos ligeros:
Eliminas todos los elementos húmedos del proceso, lo que elimina tiempos de secado y disminuye el tiempo de ejecución de la obra.
Reduces el coste de mano de obra al desaparecer el desescombrado, ya que los elementos se clavan, pegan o se montan entre sí, sobre la instalación que ya tienes.
Dispones de un montón de soluciones y acabados que se adaptan a cualquier proyecto y necesidad, sea industrial o particular.
Una obra sin complicaciones es el mejor modo de afrontar una reforma.