Si en tu edificio hay filtraciones de agua, sea en la cubierta, en los cimientos o en el garaje, toda la estructura corre peligro (y también sus inquilinos):
El agua deteriora los materiales y debilita las estructuras, generando espacios inseguros.
La humedad genera moho y hongos que provocan enfermedades respiratorias.
El yeso y la pintura se desprende de las paredes y las reparaciones suponen gastos extra.
Una estructura mal impermeabilizada es un riesgo en cualquier construcción o en reparaciones, porque pone en peligro tu salud, tu seguridad y tu bolsillo.